Las consecuencias de la pandemia en la salud mental
Un contexto difícil
El confinamiento sucedido en España como parte de las medidas de control del Covid 19, es una situación sin precedentes en la historia reciente del país, marcando un punto de inflexión en la vida millones de personas y, dejando una huella imborrable en muchas generaciones. Muchos expertos advierten que este contexto excepcional dejará, no solo un cúmulo de recuerdos sino que, también, una gran cantidad de afecciones relacionadas con la salud mental, especialmente trastornos de ansiedad y de estrés postraumático.
Al revisar los estados de ánimo de los últimos meses, podemos observar que las emociones experimentadas están condicionadas por una serie de factores que provienen de una realidad alterada y fuera de toda normalidad. La gran cantidad de cambios que la pandemia impuso en el funcionamiento de la sociedad, como la paralización de la economía, la suspensión de la actividad educativa en todos los niveles y el encierro durante semanas por parte de la gran mayoría de la población, facilitaron la aparición de episodios intensos de estrés y ansiedad. Estos estados son aún más agudos cuando se les suman las condiciones de incertidumbre que el virus generó, en manifestaciones como el miedo al contagio, inseguridad respecto al futuro y dudas acerca de la situación mundial en general. Uno de los aspectos más difíciles de asimilar por la población ha sido tener que aceptar que, esta circunstancia, sobrepasa las expectativas generales, siendo insuficientes todos los recursos disponibles para superarla, incluso en los países más desarrollados, exigiendo a su vez, una reacción y generación de recursos excepcionales, para poder hacerle frente. La sensación de control con la que muchas personas necesitan vivir desapareció drásticamente, cambiando por completo el escenario psicológico en el que se desenvolvían. Las consecuencias y secuelas que dejará el Covid-19 en la salud mental, son inmensas, ya que, este virus, ataca directamente lo más valioso para las personas y la sociedad en su conjunto; la salud, la familia, la economía y el tiempo. Aunque ya se vienen realizando estudios desde el comienzo de la pandemia para poder recopilar evidencia de cómo el virus ha impactado la salud mental de las personas, la información es aún escasa y reducida. Sin embargo, estos sondeos complementados con los estudios de epidemias anteriores pueden entregarnos algunas luces de lo que será el estado de la salud mental de las personas una vez acabada esta primera escalada del virus. Según los especialistas existen dos factores que, especialmente durante una situación como la del confinamiento y posterior a ella, interfieren en el bienestar psicológico y físico de las personas. Por un lado, está la perdida de rutinas que durante el encierro fue tan común observar, por otro lado encontramos el alto grado de incertidumbre y ansiedad colectiva presentes en el ambiente que se ven aumentados por el trato mediático de la pandemia y todas sus aristas.
Cambios y miedos
La mayoría de las personas experimentaron algún tipo de cambio en sus hábitos diarios a consecuencia del Covid 19 lo que, generalmente, significó una mayor presencia de estrés y de todas sus emociones adyacentes. Es normal que, en el inicio o durante el confinamiento, las personas interrumpieran o cambiaran alguno de sus hábitos saludables, remplazándolos por otros que no lo eran tanto. Aspectos como la alimentación, los patrones de sueño, la actividad física y el uso de las tecnologías (móvil, ordenador, tablet, videojuegos) sufrieron cambios en la conducta de uso, con una clara tendencia al desorden, lo que facilito aún más la aparición de emociones como la ansiedad y la incertidumbre además de problemas físicos asociados a estas conductas. Respecto a las emociones surgidas, los estudios acerca de las reacciones frente a situaciones de estrés como la del Covid 19 permiten definir los principales factores que influyen en la inestabilidad emocional actual.
Estos son:
- El temor a contraer el virus u otras enfermedades.
- La inseguridad laboral.
- Las dudas de poder cubrir económicamente las necesidades básicas.
- La aparición de sentimientos de frustración y aburrimiento dado las condiciones cotidianas impuestas por la pandemia.
- La falta de información clara y coherente acerca del virus, sus características.
- La falta de información certera acerca de las conductas adecuadas para enfrentar el virus de forma segura.
Hacer frente y reaccionar de manera saludable a todas estas emociones es un camino difícil de transitar solo, se necesitan herramientas y en los casos más intensos el acompañamiento de un profesional que sirva de guía en momentos de tanta duda. La búsqueda de ayuda es el primer paso para iniciar un proceso de recuperación.
En España
Frente a una situación tan excepcional como la ocasionada por el Covid 19 e, intentando comprender el efecto de esta en la salud mental, en España, se han realizado recientemente algunos estudios para medir la presencia de estrés y/o estrés postraumático. Estos trabajos advierten de la cantidad de personas que se han visto afligidas durante el confinamiento por estos problemas, aunque no llegan a informar de los posibles trastornos que puedan presentarse posteriormente. Sin embargo, ante esto, es posible aventurar que, para las personas que muestran alguna predisposición a presentar problemas psicopatológicos o, que anteriormente han sufrido síntomas determinados relacionados tengan más posibilidad de que estos vuelvan a aparecer al terminar la cuarentena.
El impacto es generalizado y afecta tanto a adultos como a niños. Estos últimos, también han sufrido grandes cambios en un lapso de tiempo muy corto, sumando que su capacidad de entendimiento del contexto es menor, por lo que sentimientos como la frustración y enojo afloran muy fácilmente funcionado como una manifestación del estrés acumulado y perjudicando y desgastando la convivencia familiar. Por otra parte los psicólogos y psiquiatras advierten que, a medida que el virus es controlado en su propagación, las consultas por casos de depresión, ansiedad, insomnio y angustia han manifestado un alza considerable y fuera de todo registro, lo que demuestra que, ahora, nos enfrentamos a una nueva etapa de contención medica enfocada en la salud mental que requiere una respuesta rápida, proporcional y específica.
Fin del confinamiento y desescalada.
Durante las últimas semanas, a medida que la desescalada sé hacía realidad, cambiaban los factores de incertidumbre e inseguridad que afectan a la ciudadanía, dejando en evidencia el frágil estado emocional de los españoles. Porque, aunque las terrazas se ven llenas y la gente se ve ansiosa por salir a disfrutar de la ciudad, existe una gran cantidad de personas que está sufriendo en silencio y afrontando nuevos miedos y temores frente a los cuales se siente confundido e indefenso.
El proceso de confinamiento ha sido para muchos muy duro, el aislamiento social ha dejado huella cambiando las percepciones de su entorno y los parámetros que regían su cotidiano. Durante casi 3 meses la incertidumbre y el miedo se han hecho parte de las emociones diarias condicionando las reacciones y formas de enfrentar el mundo. Miedo a salir a la calle, miedo al contagio, miedo a un despido, miedo a un rebrote, son tantas los estímulos negativos que, para muchos, se hace imposible poder sopesar y racionalizar todas las emociones que se presentan de golpe, imposibilitando entenderlas para poder enfrentarlas dentro de un contexto racional.
La desescalada por etapas es otro factor nuevo que está generando mucho estrés a las personas que no logran entender bien sus fases y lo que significa cada una de ellas. Aquí, el temor se presenta como una reacción a la sensación de ignorancia frente a una nueva normalidad desconocida, en un contexto peligroso y con consecuencias todavía inciertas que en el peor de los casos podrían significar volver al punto de partida de la pandemia. La incertidumbre, la ansiedad, la rabia, la frustración, la pena, son todas emociones muy presentes hoy en día y que muchas veces para los que las experimentan son inexplicables ,por lo que se encierran en si mismos, analizando y sobre analizando, tratando de entender y de superar lo que están sintiendo, sin las herramientas necesarias o, por el contrario, ignoran las señales que el organismo les envía y siguen funcionando haciendo como si nada pasara. Tarde o temprano, estas emociones acumuladas terminarán por manifestarse a través de situaciones más complejas e intensas, por eso es necesario y urgente, en primer lugar, poner especial cuidado en las señales que la mente a través del cuerpo está enviando como alarma de que algo no está funcionando bien. Las emociones no son buenas ni malas, sino que son un reflejo de nuestra forma de sentir y entender el mundo que nos rodea. Lo que nosotros hacemos con ellas es lo que podría tener un carácter negativo o positivo en nuestra vida, aprender a lidiar con ellas buscando sus motivaciones, es el primer paso para poder sentirnos bien y con ganas de enfrentar los nuevos tiempos que se avecinan.
Medidas de control y prevención
Frente a este nuevo escenario, es importante tener en cuenta algunos consejos que te ayudaran a manejar la vuelta a esta nueva normalidad de una forma saludable, respetando tus procesos y cuidando tu saludo física u psicológica.
- Aceptar que toda esta situación es superior a nosotros y a cualquiera y que solo podemos controlar algunos pequeños territorios de la vida.
- Aceptar que las emociones que se presentan son normales y funcionan como una reacción del organismo frente a episodios de mucho estrés e inseguridad. Solo si estos episodios emocionales se mantienen por muchos días, con una intensidad considerable, es necesario buscar la ayuda de un especialista.
- Manejo de la información: Dosificar la información acerca del virus es vital. Si bien es necesario mantenerse informado de lo que sucede en el mundo es bueno equilibrar las noticias con otros contenidos que nos permitan recordar que la vida es mucho más que solo el virus y sus situaciones relacionadas. En el mundo están ocurriendo muchas iniciativas esperanzadoras y que nos pueden inspirar. Agregar información positiva y constructiva es necesario para visualizar una realidad más completa y justa.
- Mantener rutinas diarias que ayuden a estar ocupados tanto física como mentalmente.
- Dedicar tiempo al auto cuidado, realizar actividades que sean de nuestro agrado y que nos proporciones una sensación de bienestar.
- Realizar actividad física o deportiva que ayude a nuestro cuerpo a mantenerse en forma y activo. Respetar las horas de sueño, de alimentación y de trabajo, ser equilibrado en la distribución de tiempos.
- Mantener el contacto social con la familia y seres queridos a través de videollamadas, ya que el contacto visual es importante en la comunicación y su experimentación.
- Buscar apoyo y desahogo en personas de confianza, estableciendo lazos profundo e importantes.
- Retomar contacto con las personas que dejamos de ver producto del confinamiento.
- Ser generoso, practicar la solidaridad y la empatía. Poner en práctica estas virtudes genera beneficios mutuos en las personas involucradas proporcionando sensaciones de bienestar y gozo duraderas, concretas e vivas.
El manejo de las emociones y el estrés es la mejor arma para poder afrontar una situación compleja como la actual. No siempre sabemos como hacerlo, la educación emocional es casi inexistente en los centros educativos de España por eso es necesario un trabajo personal profundo de autoconocimiento para poder poco a poco entender y conocer como funciona y reacciona nuestro organismo frente a situaciones nuevas y demandantes.
El Covid 19 ha impuesto un contexto nuevo y excepcional para todos y eso significa que todos estamos aprendiendo a convivir con sus normas y a afrontarlo de la mejor manera. Sin lugar a dudas que buscar ayuda es un buen camino si es que tú emociones nublan tu percepción del mundo y no te dejan empezar a vivir esta nueva realidad.
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