¿Pueden las Navidades afectar a nuestra Salud Mental?
La Navidad es, sin duda, un momento señalado para todos en el calendario. Aparentemente, una época del año en la que disfrutar de la familia y los amigos, reunirse con aquellos a los que normalmente no vemos, recibir y hacer regalos y celebrar. Pero, ni mucho menos es así para todos. En algunas ocasiones, precisamente debido a estas altas expectativas de disfrute, la Navidad puede convertirse en una fecha especialmente triste o problemática para nuestra Salud Mental.
La aparente obligatoriedad de socializar, el cierre del año laboral para muchos, las fiestas y excesos, el consumismo, el recuento y la valoración de sucesos de los meses que se marchan, los encuentros familiares y las ausencias…Una montaña rusa de emociones. Son muchos los motivos que pueden desencadenar en ciertas personas frustración, sensación de presión, soledad, desamparo, tristeza y ansiedad.
Situaciones susceptibles de crisis
Como hemos señalado, son muchas las distintas circunstancias que pueden desencadenar crisis a nivel psicológico y emocional y afectar la Salud Mental de las personas con una vulnerabilidad previa.
Entre estas situaciones las más habituales pueden ser:
Conflictos Familiares
Las Navidades están llenas de encuentros, pero también de desencuentros. Las comidas y cenas familiares, no en pocas ocasiones, pueden convertirse en verdaderos nucleos de tensión. Las rencillas suelen acentuarse durante estos días y los desacuerdos son frecuentes, muchas veces por temas triviales, aunque también por motivos de peso, algunas personas pueden llegar a sentirse sitiadas y a vivir una enorme tensión psicológica que puede desencadenar problemas de Salud Mental, estados de furia o enojo, ansiedad y otro sin fín de síntomas que repercuten directamente en el bienestar de la persona.
Evaluación de lo sucedido durante el año
Con las fiestas también se pone el punto y final al año que ha transcurrido y, este hecho, hace que la mayoría de personas pongan en una balanza los logros y también los fracasos, las expectativas y las decepciones. Esto, en muchas ocasiones, sobre todo en aquellos casos en los que el año ha resultado complicado para la persona puede dar lugar a sentimientos y emociones negativas, desesperanza y agotamiento. No siempre resulta sencillo proyectarse y hacer uso de nuestra resiliencia, existen momentos en los que al hacer autoanálisis podemos vernos abocados a la frustración o la tristeza.
Ausencias
Precisamente, el marcado carácter social de la Navidad, hace que las ausencias sean mucho más evidentes. Por diferentes circunstancias, la sensación de añoranza puede acrecentarse inmensamente durante la celebración de estas fiestas, haciendo que las mismas se transformen en un momento realmente duro y difícul para algunas personas. Una separación reciente, el fallecimiento de un ser querido, la lejanía de la familia o afectos… Las ausencias son doblemente vívidas en mitad de la celebración. Algo que puede afectar a la Salud Mental, acrecentar los síntomas depresivos o complicar los duelos, entre otras cosas.
Excesos
Fiestas, reuniones, compras, sociabilización….Todas estas cosas son, aparentemente, divertidas, pero lo cierto es que para muchas personas pueden resultar susceptibles de acrecentar sus problemas previos de Salud Mental o hacer que estos aparezcan. Personas que han padecido o padecen una adicción, pueden verse especialmente afectadas a la hora de hacer frente a la infinitud de actos sociales en los que, el alcohol, las substancias y los excesos, son norma. Por otra parte, también otro tipo de adicciones, como la adicción al juego o a las compras, pueden encontrar en estos días un nicho en el que hacer su reaparición o acrecentarse. Así mismo, los cambios de horario y rutinas, así como la falta de horas de sueño, pueden afectar el bienestar mental. En definitiva, los excesos, a grandes rasgos, suelen ser detonantes claros de muchos trastornos.
Soledad
No todo el mundo cuenta con una red de apoyo emocional, por el contrario, hay muchas personas para las que la soledad no deseada es algo cotidiano, pero está claro, que las Navidades, con sus mensajes publicitarios y las extendidas costumbres sociales, se convierten en una época del año en la que esa sensación de soledad puede hacerse doblemente dura para muchos. Esa sensación de desamparo y soledad es detonante de muchos problemas mentales, algunos de gran gravedad.
Problemas económicos
Fechas para compartir, regalar, consumir. La Navidad es, en la actualidad, un momento marcado por las compras y el consumo y, por supuesto, también por la necesidad y la carencia para muchas personas. Los problemas económicos se hacen más evidentes en mitad de una explosión de gastos y derroche. Una situación que puede acrecentar las crisis a nivel psicológico y emocional en aquellas personas que pasan por apuros económicos.
Cómo hacer frente a estas situaciones
No existe una receta mágica que pueda resolver estos problemas. En muchos de estos casos, las circunstancias, sobrepasan los medios de la persona que ve afectada su Salud Mental. Pero, en todo caso, es conveniente, en la medida de lo posible, tratar de buscar apoyos en las personas cercanas, amigos, conocidos, etc. Y, si esto no es posible, buscar recursos que nos ayuden a gestionar mejor aquellas situaciones concretas que pueden llegar a influir negativamente en nuestra Salud Mental durante las fiestas.
En este sentido, sobre todo en aquellos casos en los que existen precedentes de algún tipo de afección de Salud Mental, es importante mantenernos vigilantes y prevenir todas aquellas situaciones que puedan desencadenar una crisis.
La ayuda profesional puede resultar muy recomendable en algunos casos.
En el Instituto Coullaut somos especialistas en Salud Mental y podemos ayudarte. Por eso, si tienes cualquier duda o deseas concertar una cita no dudes en contactar con nosotros.