¿En qué consiste el trastorno de estrés postraumático (TEPT)?

El trastorno de estrés postraumático (TEPT) puede aparecer después de que una persona experimente un acontecimiento traumático que le provoque miedo, conmoción o impotencia. Pudiendo tener efectos a largo plazo, como recuerdos de la experiencia traumática, dificultad para dormir y ansiedad. Cualquier situación que desencadene miedo, conmoción, horror o impotencia puede provocar un TEPT.

Los traumas pueden tener muy diversas causas, pues en gran medida dependerán de la circunstancia de la persona, de su capacidad de gestión emocional y de otros factores, pero entre los acontecimientos más comunes que pueden desembocar en el TEPT encontramos los accidentes, las guerras, los crímenes, los incendios, la muerte de un ser querido o cualquier tipo de abuso. En este tipo de trastorno es frecuente que los pensamientos y recuerdos se repitan aunque el peligro haya pasado. Y, que, en lugar de sentirse mejor con el paso del tiempo, el individuo pueda volverse más ansioso y temeroso.

Sintomatología más frecuente de TEPT

Los síntomas suelen comenzar por lo general alrededor de los tres meses siguientes al suceso traumático, pero también pueden aparecer más tarde.

Para que una persona reciba un diagnóstico de TEPT, debe cumplir los criterios establecidos en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, DSM-5, esto es: haber estado expuesta a la muerte o a una amenaza de muerte personal, a una lesión grave o a la violencia sexual, ya sea directamente, como testigo, por haberle ocurrido a un ser querido o durante sus funciones profesionales y, además

  • experimentar lo siguiente durante más de 1 mes
  • uno o más síntomas de intrusión (pesadillas, flashbacks y sensación de que el suceso se repite…)
  • uno o más síntomas de evitación (negarse a hablar del suceso, evitar situaciones que le recuerden el suceso…)
  • dos o más síntomas que afectan al estado de ánimo y al pensamiento (incapacidad para recordar algunos aspectos del suceso, sentimientos de culpabilidad y de culpa, sentirse alejado y distanciado de los demás y adormecido emocional y mentalmente, disminución del interés por la vida, dificultad para concentrarse, problemas de salud mental, como depresión, fobias y ansiedad…)
  • dos o más síntomas de excitación y reactividad que comenzaron después del trauma (angustia o dificultad para afrontar el trabajo o las relaciones…)

Además, los síntomas no deben deberse al uso de medicamentos u otras sustancias o a otra condición de salud.

Síntomas físicos

También puede aparecer síntomas físicos, aunque los criterios del DSM-5 no los incluyan, tales como sudoración, temblores, dolores de cabeza, mareos, problemas estomacales, dolores y dolor en el pecho, un sistema inmunitario debilitado, que puede dar lugar a infecciones más frecuentes alteraciones del sueño que pueden provocar cansancio y otros problemas.

Junto a todo esto, la persona puede experimentar cambios de comportamiento a largo plazo que contribuyen a los problemas en el trabajo y a la ruptura de sus relaciones. Y pueden empezar a buscar conductas de adormecimiento mental, como el abuso de alcohol, drogas o medicamentos.

El TEPT en Niños y adolescentes

En los menores de 6 años, los síntomas pueden incluir:

  • mojar la cama después de aprender a ir al baño
  • incapacidad para hablar
  • representar el suceso en sus juegos
  • sentir un apego excesivo con un adulto

Sin embargo, los niños de entre 5 y 12 años pueden no tener flashbacks. Pueden recordar el suceso con claridad. Sin embargo, pueden recordarlo en un orden diferente o sentir que había una señal de que iba a suceder.

También pueden representar o expresar su trauma a través de sus juegos, dibujos e historias. Pueden tener pesadillas y actuar de forma irritable, y les puede resultar difícil ir al colegio, estudiar o pasar tiempo con los amigos.

A partir de los 8 años, las reacciones de los niños suelen ser similares a las de los adultos.

Entre los 12 y los 18 años, el niño puede mostrar un comportamiento disruptivo, irrespetuoso, impulsivo o agresivo.

Pueden sentirse culpables por no haber actuado de forma diferente durante el suceso, o pueden considerar la posibilidad de vengarse.

Los niños que han sufrido abusos sexuales son más propensos a sentir miedo, tristeza, ansiedad y aislamiento tener una baja autoestima, comportarse de forma agresiva, mostrar un comportamiento sexual inusual, hacerse daño a sí mismos, abusar de las drogas o el alcohol

Diágnostico del TEPT

Como parte del proceso de diagnóstico, un profesional sanitario de la salud mental puede realizar a la persona una prueba de detección para evaluar si tiene o no un TEPT.

Si los síntomas desaparecen al cabo de unas semanas, la persona puede recibir un diagnóstico de trastorno por estrés agudo.

El TEPT suele durar más tiempo. Sus síntomas son más graves y pueden no aparecer hasta algún tiempo después del acontecimiento traumático.

El TEPT puede desarrollarse después de un acontecimiento traumático.

Existen otras afecciones relacionadas con el TEPT, como el trastorno por estrés agudo, el trastorno de adaptación y el trastorno de compromiso social desinhibido.

  • Trastorno por estrés agudo

El trastorno por estrés agudo (TEA) es una condición de salud mental que puede ocurrir después de un evento traumático. Los síntomas son similares a los del TEPT, por lo que muchas personas los confunden. Sin embargo, en el caso del TEA, los síntomas suelen comenzar inmediatamente después del trauma y pueden durar de 3 días a 1 mes después de la exposición al trauma.

Los síntomas suelen incluir

  • flashbacks
  • pesadillas
  • disociación o entumecimiento
  • sentimientos de distanciamiento de su funcionamiento habitual

El trastorno puede ser relativamente leve o grave.

El tratamiento del trastorno por estrés agudo se centra en controlar los síntomas y evitar que empeoren. Los que no reciben tratamiento pueden desarrollar un TEPT.

  • Trastorno de adaptación

Un acontecimiento vital estresante, como la muerte de un ser querido o un divorcio, puede provocar un trastorno de adaptación.

Los síntomas de un trastorno de adaptación pueden variar según el individuo. Algunos trastornos pueden durar varios meses después de un acontecimiento estresante, mientras que otros pueden experimentar los síntomas sólo durante unas semanas. En las personas con trastorno de adaptación, los síntomas aparecen en los tres meses siguientes al factor estresante. También puede dar lugar a trastornos físicos, como dolores de cabeza, tensión muscular y náuseas. El tratamiento del trastorno de adaptación puede incluir la psicoterapia.

  • Trastorno de compromiso social desinhibido

El trastorno de compromiso social desinhibido es un trastorno del apego poco frecuente que puede producirse después de que un niño experimente un trauma prolongado antes de los 2 años de edad. Puede ocurrir si un niño no recibe la atención y el apoyo adecuados en sus primeros años o si experimenta múltiples cambios de cuidadores, por ejemplo, si cambia con frecuencia de hogar de acogida. Esto puede dificultar la formación de vínculos estables. Un niño con trastorno de compromiso social desinhibido puede mostrar comportamientos inapropiados o excesivamente familiares con adultos desconocidos. Por ejemplo, puede marcharse voluntariamente con un adulto desconocido sin dudarlo. Los síntomas de un niño pueden mejorar con un entorno familiar estable y positivo. Sin embargo, algunos niños pueden seguir experimentando síntomas hasta la adolescencia. También pueden producirse retrasos en el desarrollo.

El tratamiento puede consistir en colocar al niño en un entorno familiar seguro y en someterse a asesoramiento o terapia familiar.

Factores predisponentes

No está claro por qué algunas personas desarrollan el TEPT y otras no. Sin embargo, los siguientes factores de riesgo pueden aumentar las posibilidades de que una persona experimente los síntomas:

  • tener problemas adicionales después de un suceso, por ejemplo, perder a un ser querido y perder el trabajo
  • carecer de apoyo social después de un suceso
  • tener un historial de problemas de salud mental o de abuso de sustancias
  • haber sufrido abusos, por ejemplo, durante la infancia
  • sufrir una lesión física, posiblemente como consecuencia del suceso

¿Qué reduce el riesgo?

Los científicos están estudiando los factores de resiliencia que pueden ayudar a las personas a recuperarse o evitar el TEPT de forma más eficaz. Entre ellos se encuentran:

  • buscar y recibir apoyo de otras personas
  • tener o desarrollar estrategias de afrontamiento positivas
  • ser capaces de sentirse bien con sus acciones cuando se enfrentan a dificultades

¿Cuándo es preciso tratamiento?

Un tratamiento rápido con un profesional cualificado puede ayudar a evitar que los síntomas empeoren. Una persona debe considerar el tratamiento si:

  • sus síntomas persisten durante más de un mes
  • sus síntomas son lo suficientemente graves como para impedirle volver a su vida normal
  • considera la posibilidad de hacerse daño a sí misma

El tratamiento suele consistir en psicoterapia y asesoramiento, medicación o una combinación de ambas cosas.

Un profesional sanitario adaptará especialmente las opciones de psicoterapia para el manejo del trauma. Entre las más comunes se encuentran:

  • Terapia de procesamiento cognitivo (TPC): También conocida como reestructuración cognitiva, el individuo aprende a pensar en las cosas de una manera nueva. Las imágenes mentales del acontecimiento traumático pueden ayudarles a trabajar a través de su trauma para obtener el control de su miedo y angustia.
  • Terapia de exposición prolongada: Esta terapia enseña a las personas con TEPT a abordar sus pensamientos y sentimientos sobre un acontecimiento traumático. Hablar del suceso y enfrentarse gradualmente a la causa de su miedo en un entorno seguro y controlado puede ayudar a la persona a sentirse más en control.

Tratamiento farmacológico

El tratamiento farmacológico puede ser de gran ayuda en algunos casos e incluye, entre otros, antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) o los inhibidores de la recaptación de norepinefrina (IRSN).

También se están probando con éxito algunas terapias experimentales, como por ejemplo:

  • Desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR): Recordar el suceso mientras se centra en un estímulo externo, como una luz en movimiento, hace que los ojos se muevan de lado a lado, lo que puede ayudar a reducir los niveles de angustia de las personas con TEPT. Esto permite al individuo tener emociones, comportamientos y pensamientos más positivos.
  • Videojuegos y realidad virtual.

Lo que no debemos olvidar es que, los tratamientos son diferentes para cada trastorno y para cada persona, por lo que resulta fundamental realizar un correcto diagnóstico. Pero, en general, pueden requerir la colaboración entre diferentes especialistas, entre los cuales se incluyen los psícologos y los expertos en salud mental.

En el Instituto Coullaut somos especialistas en salud mental y podemos ayudarte. Por eso, si tienes cualquier duda o deseas concertar una cita no dudes en contactar con nosotros.