En la actualidad, el culto al cuerpo ha alcanzado su máxima expresión, especialmente a través de la influencia del marketing, las redes sociales y los estándares de consumo vigentes que, han creado casi una obsesión marcada por la autoimagen y el deseo de tener un cuerpo perfecto conforme a los canónes y exigencias sociales.

La salud es importante y la práctica de ejercicio y el cuidado de la alimentación constituyen algo básico para nuestro bienestar, tanto físico como emocional, pero cuando esto se transforma en obsesión y se traspasan ciertos límites, puede terminar paradojicamente afectando de forma grave a nuestra salud física y psicológica. Trastornos como la anorexia, la bulimia, trastornos dismórficos, o la vigorexia, son cada vez más frecuentes.Todos ellos comparten algunos síntomas en común:  las distorsiones de la imagen corporal y la pretensión obsesiva de poseer un físico perfecto.

¿Qué es la vigorexia?

Hablamos de vigorexia o dismorfia muscular, para referirnos al trastorno psicológico en el cual las personas desarrollan una obsesión o gran preocupación con su imagen corporal.

La vigorexia es un trastorno no estrictamente alimentario, aunque comparte con estos la excesiva preocupación por la imagen corporal y una distorsión de ese esquema.

Se trata, por tanto, de un tipo de trastorno dismórfico corporal que mantiene relación con el trastorno obsesivo compulsivo y que puede llegar a afectar de forma muy grave y negativa la vida de la persona.

La persona que padece vigorexia se obsesiona con la idea de que su cuerpo no está suficientemente musculado o fuerte, buscando activamente el cambio de este aumentando masa muscular y adoptando actitudes alimentarias y hacia el ejercicio poco saludableso, incluso, peligrosas.

¿Cuáles son los síntomas de la vigorexia?

  • Percepción corporal distorsionada
  • Priorización del ejercicio por encima de otras actividades
  • Necesidad compulsiva de hacer ejercicio  y entrenamiento duro y constante.
  • Ansiedad en caso de no poder practicar ejercicio.
  • Gran preocupación por la dieta y diertas restrictivas
  • Empleo de esteroides u otras sustancias a fin de aumentar la masa muscular
  • Sentimientos de culpa o vergüenza y ocultación del cuerpo
  • Aislamiento social
  • Depresión
  • Ideación suicida

¿Cuáles son las causas de la vigorexia?

En general, la vigorexia, tiene como disparadores, facores de tipo cultural, social y educativo, aunque existe una cierta predisposición en personas con personalidad obsesiva o problemáticas de caracter relacional, profesional, o emocional.

La vigorexia es frecuente también en personas con algún tipo de trauma a causa de algún padecimiento por su aspecto físico durante la infancia, como el acoso escolar.

¿Cuáles son las consecuencias de la vigorexia?

Consecuencias a nivel físico

Las personas con esta afección sufren multitud de consecuencias negativas a nivel físico a raíz de llevar al límite a su cuerpo, mediante el empleo de esteroides o con dietas muy extremas.

Es muy normal que se produzcan daños en músculos, huesos y articulaciones, en ocasiones de manera irreversible, debido a sobrecarga de entrenamiento.

Otros síntomas pueden ser la desnutrición, el aumento del colesterol, la disfunción eréctil o la hipertrofia prostática.

Consecuencias a nivel psicológico

Las personas vigoréxicas suelen tener problemas de autoestima, además de padecer un fuerte estrés y frustración que puede desencadenar otros trastornos, como depresión, o, crisis de ansiedad.

Además, la distorsión de su imagen corporal, les mantiene en un continuo estado de insatisfacción, favoreciendo el malestar emocional a todos los niveles.

Consecuencias a nivel relacional

Las personas que padecen vigorexia dedican cada vez más horas al entrenamiento, lo que provoca un alejamiento por lo que  de su círculo de amigos y de su familia o pareja, causando un gran deterioro de sus relaciones interpersonales.

Ademas, estas personas también reducen el número de horas que le dedican a otras obligaciones cotidianas como trabajo o el estudio lo que les provoca, a la larga, problemas y conflictos en estos ámbitos.

Tratamiento de la vigorexia

El tratamiento más efectivo en casos de vigorexia es acudir a un profesional de la salud mental para abordar la raíz de este trastorno psicológico. Además se deben adoptar otras medidas paralelamente destinadas al autocuidado, como por ejemplo, limitar la práctica de ejercicio o realizar ejercicio bajo la supervisión de un profesional, eliminar las dietas restrictivas, detener el consumo de complementos o substancias, etc.

En el Instituto Coullaut somos especialistas en salud mental y podemos ayudarte. Por eso, si tienes cualquier duda o deseas concertar una cita no dudes en contactar con nosotros.