Cambios de estación y Salud Mental

¿Cómo nos afectan?

El clima y las horas de luz tienen influencia en los trastornos mentales. En general, la medicina ha estudiado la influencia de los factores climatológicos y estacionales en el desarrollo de todo tipo de enfermedades, ya se traten de afecciones físicas o mentales. Epidemiológicamente, el pronóstico de los cuadros clínicos de algunas enfermedades, tienen mejor o peor pronóstico, en relación a la temperatura y a las horas de luz. Y de la misma manera, también en la aparición de determinadas afecciones.

Los efectos de la exposición a la luz y de las transiciones luz-oscuridad son muy importantes en nuestro buen funcionamiento fisiológico y constituyen la base del ritmo circadiano de la persona.

Es por esto que los cambios estacionales y la variación en la cantidad de horas de luz que suponen, implican la adaptación de nuestros mecanismos biológicos internos al acortamiento o la prolongación de los periodos de luz diurna, relacionados directamente con nuestro bienestar, tanto físico como mental, pudiendo afectar a la población general y provocar la intensificación o una variación sintomatológica en la población clínica.

Mayormente, la exposición a la luz, suele conllevar beneficios emocionales, tanto en la población general como en las personas con trastornos del estado de ánimo, pero hay excepciones.

Los Trastornos Afectivos Estacionales

Los Trastornos afectivos estacionales, hacen referencia a una forma de depresión que, por norma general se presenta con los cambios de estación, comenzando y terminando aproximadamente siempre en las mismas fechas. Por regla general, este tipo de trastorno surge a principios del otoño, extendiéndose durante el invierno y finalizando con la llegada del buen tiempo, aunque en algunos casos generalmente excepcionales, puede tener su inicio en la primavera o en el verano.

Esta afección puede deberse entre otros factores a una alteración de los ritmos circadianos, a factores genéticos, a la disminución de la sensibilidad de la retina, o a una desregulación de los neurotransmisores.

La sintomatología depresiva incluye tristeza y falta de motivación, perdida de interés en las actividades que generalmente causan bienestar, falta de energía, trastornos del sueño y del apetito, dificultad de concentración etc.

En términos generales, es común que este tipo de trastornos afectivos estacionales mejoren con la llegada del buen tiempo ya que, la exposición a la luz, estimula la melatonina y la serotonina, que influyen directamente en el cerebro. Esto, unido a que por las características de la estación sea más frecuente la vida social activa, favorecen el buen pronóstico y la mejoría de los pacientes.

El Trastorno Bipolar y los cambios estacionales

Se calcula que alrededor del 25% de los pacientes con Trastorno bipolar presenta un curso estacional.

El buen tiempo, en las enfermedades mentales como los cuadros maníacos, no tiene efectos positivos, ya que suele generar una sobreexcitacion y con ella, el empeoramiento de estos pacientes.

Los episodios maniacos suelen surgir durante la primavera o el verano, mientras que los cuadros depresivos son más comunes en los meses de otoño e invierno. A finales de verano y principios de otoño suelen presentarse cuadros mixtos. Igualmente, los factores meteorológicos suelen tener repercusión sobre este trastorno.

Trastornos relacionados con la imagen Corporal

La obsesión por la imagen se ha convertido en un gran problema en la sociedad actual, fomentando la aparición de enfermedades relacionadas directamente con la autopercepción corporal y la imagen de la persona.

Patologías mentales, como la anorexia, la bulimia, la vigorexia o la dismorfia corporal, se ven directamente afectadas por el cambio de estación y la llegada del verano.

El aumento de las temperaturas trae consigo una mayor muestra de nuestros cuerpos, y este hecho, puede provocar en estos pacientes un agravamiento de sus síntomas.

De la misma manera que los trastornos afectivos estacionales, como la depresión estacional durante los meses de invierno, pueden traer consigo el empeoramiento de enfermedades como la bulimia o el trastorno por atracón, los meses de verano, pueden afectar de manera muy negativa a todas las enfermedades mentales relacionadas directamente con nuestra imagen corporal.

Además, estos pacientes, puede sufrir otros trastornos mentales asociados tales como como ansiedad, depresión, fobias etc.

El verano y la ansiedad

El aumento de las temperaturas y de las horas de luz, también pueden tener efecto sobre los trastornos del sueño y sobre los niveles de ansiedad.

La hiperactivación metabólica una activación cerebral, que puede impedir a algunas personas descansar y dormir bien, dando lugar con ello a un incremento en sus niveles de ansiedad.

Calor y agresividad

En las personas que padecen depresión, ansiedad, estrés o patologías de bipolaridad, pueden aparecer síntomas de irritabilidad y aturdimiento, descenso del rendimiento físico y psíquico, menor capacidad de reacción y concentración y frustración, y con ello, reacciones agresivas.

Prevenir la aparición de Trastornos Mentales en verano

Como norma general, exista o no un diagnóstico previo de alguna afección mental, se recomienda controlar las horas de sueño, tratar de descansar y de equilibrar la alimentación, mantenerse hidratado y evitar consumir alcohol, drogas o bebidas estimulantes, así como tratar de evitar la exposición excesiva al calor.

Y por supuesto, frente a la aparición de síntomas claros o frente a la duda respecto a los mismos, consultar con un especialista.

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