Autoconcepto: la visión propia acerca de quiénes somos

La noción de “autoconcepto” o el concepto de uno mismo hace referencia a toda la serie de particularidades físicas, emocionales, intelectuales, sociales, etc. que conforman la imagen que tenemos de nosotros mismos.

El autoconcepto es una idea variable pues lo vamos construyendo a lo largo de toda la vida, por lo que va cambiando y desarrollándose en función de la interacción que mantenemos con el medio y también de los factores cognitivos y emocionales de cada momento. El autoconcepto abarca, por tanto, nuestro conocimiento acerca de nuestro propio comportamiento, de nuestras características individuales a nivel físico, personal y socialmente y de nuestras capacidades.

Algunas nociones de autoconcepto

En psicología existen diversas concepciones acerca del autoconcepto, pero una de las más aceptadas es la del psicólogo Carl Rogers que dirá que, el autoconcepto, consta de tres componentes: autoimagen, autoestima y el yo ideal.

Por su parte, el psicólogo social Roy Baumeister, definirá el autoconcepto debe como una estructura de conocimiento mediante la cual, las personas, perciben sus estados internos y las respuestas que tienen mediante su comportamiento externo pudiendo con ello recopilar una información acerca de si mismas, que va ampliándose y modificándose a lo largo de su vida.

Carl Rogers y los componentes del autoconcepto

Carl rogers, es uno de los psicólogos más reputados y uno de los precursores de la psicología humanista. Según sus teorías, el autoconcepto incluye tres componentes que señalamos antes y que ahora, veremos con mayor detenimiento:

Auto imagen

La autoimagen hace referencia a la manera en que nos percibimos a nosotros mismos, tanto a nivel físico (por ejemplo, cabello negro, ojos marrones, estatura media), nuestros roles sociales (por ejemplo, contable, hermano, padre) y a nuestros rasgos de personalidad (por ejemplo, tímido, alegre, educado).

Esta autoimagen no tiene por qué encontrar coincidencia en la realidad, puesto que una persona puede tener una percepción mayor o menormente positiva acerca de sí mismo.

Autoestima

La autoestima hace referencia al valor que nos otorgamos a nosotros mismos, a la manera que tenemos de evaluar nuestras capacidades y a la valoración que hacemos de las respuestas de los demás sobre nosotros mismos.

En la autoestima entra el concepto de comparación, pues es al compararnos con los demás, cuando descubrimos o valoramos en qué somos mejores/peores que los otros en una determinada área. En este sentido, la autoestima puede crecer o decrecer conforme a esta valoración comparativa con los demás.

El yo ideal

El yo ideal se refiere a aquello que nos gustaría ser y que, en muchas ocasiones, no está alineado o no coincide con la realidad de los que somos o percibimos acerca de nosotros mismos.

En este sentido, el grado de coincidencia con la realidad determina también el grado de congruencia o incongruencia, afectando de forma directa a nuestra autoestima.

El desarrollo del autoconcepto

Tal y como señalábamos, el autoconcepto va variando y desarrollándose a lo largo de toda nuestra vida, pero es en la primera infancia, cuando comienza este proceso y durante la adolescencia cuando este autoconcepto experimenta un crecimiento mayor.

Primeros años

Sobre los 2 años de edad es cuando los niños empiezan a percibirse y a diferenciarse de los demás hasta que, alrededor de los 3 o 4 años, llega la comprensión de que son seres únicos. A esta edad, su autoimagen es mayormente descriptiva y está fundamentada básicamente en detalles muy concretos acerca de sus características físicas, pero a partir de los 6 años, entran en juego otros componentes del autoconcepto como la valoración de las propias capacidades, cuando el niño, además, ya es capaz de comunicar qué es lo que deseo o necesita. En este sentido, también a esta edad comienza el desarrollo del autoconcepto en términos sociales y en relación a su interacción con otros niños.

Niñez

Entre los 7 y los 11 años, estas interacciones sociales cobran un peso mayor, comenzando a hacer una valoración acerca de la percepción de los demás y al respecto de sus propias habilidades. Los niños poseen ya descripciones acerca de sí mismos más abstractas y es en este punto, cuando el concepto de yo ideal y de autoimagen comienzan a desarrollarse.

Adolescencia

Pero como comentábamos, es en la adolescencia, cuando más peso adquiere el autoconcepto, pues en esta etapa se asentarán las bases para el autoconcepto que desarrollaremos a lo largo de nuestra vida.

La adolescencia es un período clave de auto-diferenciacion, en la que los roles resultan fundamentales, para identificarnos, o diferenciarnos de los demás y en la que, el autoconcepto, se verá directamente influenciado por las respuestas de los demás. En este sentido, la aprobación contribuye de forma directa a crear una mayor autoestima en la edad adulta y un autoconcepto más fuerte y positivo.

El autoconocimiento: una manera de mejorar nuestro autoconcepto

Las circunstancias vitales marcan y definen en gran medida nuestro autoconcepto y, con ello, también determinan nuestra autoestima y en muchas ocasiones cómo nos sentimos, nos relacionamos y nuestro grado de bienestar con nosotros mismos y los demás.

Por ello, el autoconocimiento, aparece como una idea clave a la hora de reforzar nuestro concepto propio, de mejorar nuestra autoestima y de tener una percepción realista que nos permita actuar, crecer y desarrollarnos de manera funcional y saludable.

El autoconocimiento es un proceso selectivo en el sentido de que, no todo el mundo, encuentra una motivación o el interés suficiente para interrogarse o someterse al esfuerzo de dicha reflexión. Para iniciar un proceso de auto-conocimiento es necesario tener esa voluntad de descubrir la verdad acerca de nosotros mismos, con independencia de que esa verdad vaya a gustarnos y encontrar así mismo, la motivación que nos permita ese crecimiento y mejora personal.

En resumidas cuentas, aunque el autoconcepto está directamente influenciado por agentes externos y nuestras circunstancias vitales, en nosotros está la capacidad de potenciar los aspectos positivos y con ello, reforzar nuestra autoestima y mejorar nuestras relaciones con los demás y con nosotros mismos.

En el Instituto Coullaut somos especialistas en salud mental y podemos ayudarte. Por eso, si tienes cualquier duda o deseas concertar una cita no dudes en contactar con nosotros.